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Asociación brinda hogar a jóvenes tras su ciclo en el CAIMEDE

Por Cecilia Abreu

Con el objetivo de apoyar a las familias de escasos recursos con algún tipo de dificultad alimentaria, así como para tenderle la mano a los jóvenes en situación de desamparo, desde hace cinco años surgió Yucatán Giving Outrech para trabajar en 10 programas prioritarios que sostienen a través de sus miles de donantes, pero siempre falta el apoyo de una persona más, comentó la directora de Yucatán Giving Outreach, Kimmy Suki.

Al darse cuenta de que jóvenes tras salir del Centro de Atención Integral al Menor en Desamparo (CAIMEDE) no tenían a dónde ir, desde la asociación Yucatán Giving Outreach les brindan un hogar, así como herramientas para afrontar esta nueva etapa de la vida.

Kimberly Daving Degraff -mejor conocida como Kimmy Suki-, fundadora de la organización, explicó que siendo voluntaria en el CAIMEDE observó que, en muchas ocasiones, al cumplir la mayoría de edad, las y los jóvenes no tenían en dónde vivir, fue así que optó por crear dos albergues, uno para hombres y otro para mujeres, donde ahora cuentan con el programa “Graduados”, que no solamente les brinda un hogar, sino también les permite estudiar o trabajar.

“Muchos de los jóvenes ellos fueron sacados de núcleos de familias donde viven maltrato y no pueden regresar ahí, es por eso que decidí abrir estos albergues, donde puedan desarrollarse de manera independiente, conseguir un trabajo y lograr salir adelante”.

Lamentó que, debido a las circunstancias que vivieron con sus familias, lxs jóvenes suelen tener problemas de salud mental, llegando a estar implicadxs en el crimen organizado, situaciones para las cuales también les brindan apoyo.

“El programa comenzó hace cinco años y hemos ayudado a decenas de personas, pero más que el número que podamos alcanzar, nos gusta enfocarnos en lo que podemos ayudar, porque gracias a este apoyo, en la actualidad tenemos a dos jóvenes que están estudiando la universidad y sin nosotros estarían pasando por una situación de desamparo“.

Hasta ahora, la asociación ha apoyado a  400 jóvenes que salieron del CAIMEDE u otros albergues vinculados con la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Yucatán (PRODENNAY) y del DIF. “El promedio de permanencia en estos lugares es de alrededor de dos años.  Los jóvenes viven una vida independiente, pueden distraerse, divertirse, siempre y cuando cumplan con las reglas del sitio y a la par poder estudiar y encontrar un trabajo”.

Hoy en día, detalló, en los albergues viven seis mujeres y cinco hombres, dos ya finalizaron sus estudios universitarios con el apoyo de la fundación, misma que hace esto posible gracias a las donaciones de más de 10 mil personas y más de 3 mil voluntarios en Yucatán.

“Nosotros recibimos apoyo del público durante todo el año y la información sobre cómo apoyarnos la pueden encontrar en las redes sociales. Hacemos eventos para recaudar fondos y recibimos apoyo en la tienda de segunda mano, donde todo lo recaudado se va directamente a los albergues y demás programas con los que contamos”.

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