Opiniones

Cada vez importa menos la educación en este país…

Por Lorena González-Boscó

Todo mal, y se puede poner peor con la educación en este país, la última de la secretaría de educación pública, y lo escribo en minúsculas, porque cada vez más tanto el poder legislativo como ejecutivo minimizan más este servicio, que en realidad debería ser pensando como un bien.

¿Por qué como un bien? Porque los bienes públicos son los que están disponibles para todos, no son excluyentes y pueden ser utilizados una y otra vez por cualquier persona sin que se reduzcan los beneficios que ofrecen a otros.

Sin embargo, en este país estamos lejos de ello, y cada vez más, y los hechos lo demuestran.

Una sep que no quiere rendir cuentas

Que dice la sep que los datos estadísticos que informa el INEGI son irrelevantes para el interés nacional, porque al parecer la consigna es clara: mientras menos sepamos mejor.

Se trata de los datos de infraestructura, equipamiento y servicios básicos de las escuelas de educación básica y media superior, así como de la estructura administrativa del magisterio dejarán de analizarse y publicarse por el órgano autónomo, así como lo lee, se lo pido la sep al INEGI.

La cara de Graciela Márquez, economista, docente e investigadora del Colegio de México, ex secretaria de Economía y actual presidenta del INEGI, debió haber sido un poema al recibir semejante petición, pues ella sabe que esos datos son imprescindibles para evaluar las condiciones de la educación del país, entre muchos otros más.

Por suerte, aun cuando este gobierno federal ha hecho todo lo posible por derrocar a las instituciones autónomas de este país, el INEGI, aunque sí afectado en sus presupuestos no ha sido uno de los villanos protagonistas de la Mañanera de AMLO. Por lo que está condición de independencia, permite revocar semejante petición, y esperamos lo haga pronto y gane, porque la petición fue tan seria como que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación, el pasado 10 de abril.

Si bien es cierto, que las estadísticas educativas en este país, no impactan a las decisiones gubernamentales, pues cuántas veces hemos visto los resultados, por ejemplo de PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE) en relación a las competencias matemáticas y lectoras de los alumnos, y siempre salimos mal, y en vez de mejorar en la siguiente medición, no se percibe avance significativo alguno.

Sin embargo, estos datos bien los aprovecha la mercadotecnia de las escuelas particulares, para decir: “nuestros alumnos obtienen los mejores puntajes de PISA del estado o el país” aunque el resultado sea producto de la memorización y la mecanización de respuestas, que los profesores pusieron a estudiar a sus estudiantes antes de presentar la prueba, porque alguien se la vende al colegio.

Después de la pandemia tenemos que tener claro que uno de los sectores más afectado fue el educativo, de los más importantes para definir el futuro del país, por ello es imprescindible siempre tener los mejores datos posibles sobre él para coadyuvar desde cualquier trinchera y mejorar las condiciones educativas desde donde sea y como sea.

Adiós al servicio social universitario

Otra puntada, la del Senador por Yucatán: Jorge Carlos Ramírez Marín, que le parece buena idea, en un afán de ganarse a las juventudes universitarias la eliminación del servicio social como requisito de titulación, así como en su momento Carlos Slim, dijo que se tendría que eliminar las tesis para que los universitarios obtuvieran sus títulos.

¿Se trata de allanar el camino a los futuros profesionistas o hacerlos más incompetentes? El servicio social al senador Marín le parece que es una práctica obsoleta, y en vez de proponer que se mejoren su normatividad y condiciones, es mejor eliminarlo como requisito de titulación, y negarles así la oportunidad a los estudiantes de observar las realidades y necesidades de una sociedad tan desigual como la nuestra.

Uno de los argumentos de Marín se basa en lo riesgoso que es hacer el servicio social en la comunidad donde impera la inseguridad. Dice el senador, además de que la remuneración, en caso de que exista, es menor que la que reciben los beneficiados de “Jóvenes Construyendo el Futuro.” Lo cual le indica lo mal que están las políticas públicas de este país, donde se invierten millones de millones para los que supuestamente menos tienen, con la idea, me parece que en realidad tengan menos, porque se sigue promulgando a diestra y siniestra la ley del menor esfuerzo.

Sí, el país es inseguro, todo lo es, y mientras más mermemos la educación peor se va a poner ¿Se trata de eso? De que cada vez importe menos la educación en este país, el mensaje al parecer es claro.

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