¿El tráfico vial en Mérida se da por culpa de los foráneos?
“Este tráfico vehicular se debe a cuestiones coyunturales y estructurales, pero, definitivamente asociarlo al tema de la población foránea, es un argumento simplista y prejuicioso”, expuso Eduardo Monsreal Toraya, del Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida.
Mientras el ritmo de crecimiento de Mérida se ha mantenido estable, ha crecido de forma proporcionada es el parque vehicular, al grado de que por cada persona hay un vehículo.
Mientras que en 1990 había 5.3 personas por cada vehículo, para el año 2020 se había reducido a 1.8 personas por vehículo. A esto se suma el deterioro del transporte público y el abandono de éste debido al riesgo de contagio por la pandemia, la falta de planeación y al desatino de llevar a cabo obras de infraestructura en periférico, en una época de alto flujo vehicular.
Por David Rico
Mérida, Yucatán, 20 diciembre de 2021.- En los últimos días el tráfico vehicular en diferentes calles y, particularmente en Periférico, ha hecho sufrir a los automovilistas que ya hablan de una Mérida colapsada. Comentarios se han extendido por las redes sociales, principalmente, culpando a la gente que ha llegado a residir aYucatán en los últimos años.
Sin embargo, para Eduardo Monsreal Toraya, representante del Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida (OMSM), la anterior representa solo una idea simplista de ver el problema, que lejos está de tener como culpables a los que habitan en el municipio sin haber nacido en estas tierras.
De acuerdo con su visión, son varios factores los que inciden en el problema, la falta de planeación, de infraestructura, el crecimiento desmesurado del parque vehicular, así como que la gente podría estar dejando de usar el transporte público por su ineficiencia y por los riesgos que trae consigo la pandemia, entre otros factores.
La población de Mérida pasó de tener 830 mil 732 habitantes en 2010 a 995 mil 129 en 2020, lo que implica un crecimiento de la población del del 19.8 por ciento, el cual es considerado dentro de los parámetros normales, de tal forma que no hay un “crecimiento explosivo”. La capital se ha mantenido estable en el ritmo de crecimiento, a una tasa de entre el 1.64 por ciento anual del 2010 al 2015, y del 1.60 del 2015 al 2020.
Del total de 995 mil 129 habitantes en Mérida, el 20.6 por ciento son no nacidos en Yucatán, un total de 204 mil 603 personas, pero este aumento no ha sido de golpe, ha sido el acumulado en, por lo menos, los últimos 10 años. De los extranjeros que radican en la capital únicamente representan el 1.22 por ciento, para un total de 12 mil 124 personas.
En cambio, lo que sí ha crecido de manera desproporcionada es el número del parque vehicular, a tal grado de que hoy existe casi un vehículo por cada habitante de Mérida.
Con base en los registros del INEGI, proporcionados por el OMSM, en Mérida se tenía registrado al 2020 un parque vehicular de 730 mil 788 vehículos, de los cuales 470 mil 34 son automóviles (64.3%), 155 mil 370 son motocicletas (21.3%) y 102 mil 753 son camiones y camionetas para carga (14.1%).
Entre 2000 y 2020, el número de automóviles particulares aumentó 3.5 veces, pasando de 131 mil 859 vehículos en el año 2000 a más de 470 mil 34 vehículos en 2020, mientras que el número de motocicletas aumentó 9.6 veces la pasar de 16 mil 472 motos en 2000 a 155 mil 370 en 2020.
Este ritmo de crecimiento del parque vehicular se refleja en una proporción cada vez más pequeña de personas por vehículo. Mientras que en 1990 había 5.3 personas por cada vehículo, para el año 2020 se había reducido a 1.8 personas por vehículo.
Con el contexto anterior, Monsreal Toraya señala que en los análisis no se observa un crecimiento explosivo de gente foránea y, por ende, no hay una relación con el tráfico vehicular.
–Más bien tenemos un aumento en la tasa de motorización y un incremento del uso del automóvil, que está asociado, tal vez, al deterioro progresivo del sistema de transporte público, al crecimiento distante y disperso de la mancha urbana.
–A lo anterior hay que añadir el tema de la pandemia; porque tengo la impresión que ya con el regreso de las actividades presenciales, el progresivo regreso a las actividades escolares, mucha gente posiblemente ya no usa el transporte público, han migrado al vehículo por el temor a contagiarse. Han migrado al vehículo de segunda mano, indicó.
Dijo que lo anterior, a pesar de que no hay evidencia concluyente de que haya un mayor número de contagios en el transporte público.
Además, dijo que llevar a cabo obras en periférico en una temporada decembrina que es de alta movilidad, es un desatino, pero a la vez la situación muestra la vulnerabilidad de la movilidad en la ciudad.
–Está de manifiesto cómo las obras de pavimentación en periférico muestran la fragilidad del sistema de la movilidad de la zona metropolitana de Mérida; vemos como una obra en una vialidad como periférico genera un impacto desastroso, porque la gente busca vialidades alternas que de por sí ya están saturadas, dijo.
Reiteró que el contexto del tráfico vehicular está en relación a temas coyunturales y estructurales, pero “definitivamente asociarlo al tema de la población foránea es un argumento simplista y prejuicioso”.