En Mérida, cuando compramos pescado nos dan “gato x liebre”
Por Redacción
Ciudad de México a 5 de abril de 2022.- En México no podemos saber qué pescado comemos con certeza. Esto ocasiona que cualquiera pueda ser engañado y recibir #GatoXliebre en supermercados, pescaderías o restaurantes.
El informe “Gato x liebre: Detectives del fraude” de Oceana, evaluó la sustitución de especies marinas para el consumo humano y encontró una “sustitución de hasta el 59%”.
En Mérida, la sustitución general en supermercados y pescaderías es de 31%; en pescaderías de 43%; y en supermercados de 17%. El reporte identificó tiburón puntas negras, tiburón gracil, y tiburón azul vendidos como “cazón” y bacalao. Basa, pescado importado principalmente de Vietnam y China, se vende como corvina y lenguado, especies de pesca silvestre y nacional. El huachinango fue sustituido con bagre, especie con valor económico hasta tres veces menor.
La sustitución de especies sucede cuando nos venden una especie de menor valor como una especie más cara; nos dan una especie de importación o acuicultura como si hubiese sido capturada en mares mexicanos; nos venden especies en peligro o capturadas ilegalmente.
Mariana Aziz, Directora de Transparencia en Oceana recordó que desde 2019 se trabaja en la Norma de Trazabilidad de Pescados y Mariscos, pero el proceso de aprobación está en manos de Conapesca y no ha avanzado, por lo que hizo un llamado a Octavio Almada, titular de esta dependencia a atender la preocupación del presidente y aprobar la Norma de Trazabilidad que podría dar fin a que nos den Gato x liebre.
El aprobar esta norma aseguraría que comunidades pesqueras tuvieran acceso a mercados internacionales, compitieran en condiciones justas en marcados nacionales, cerraría la puerta a la pesca ilegal y evitarían sanciones internacionales como la que actualmente sufre nuestro país.
En esta edición de Gato x liebre, ciudadanos enviaron a Oceana muestras de pescado que compraron en distintos establecimientos, para ser analizadas.
La sustitución de especies afecta a consumidores por la falta de información para decidir sobre las especies que consumen; comunidades pescadoras mexicanas que pierden espacios en el mercado porque se comercializan especies de importación como si fueran especies capturadas en mares nacionales; y al océano porque al desconocer qué especies son las que se están capturando, ponemos en peligro los esfuerzos de conservación.