La ONU-DH escucha denuncias de pueblos mayas del sur de Mérida por daños de la minería
Comunidades de Xcucul y Tebec exigen justicia ambiental y la reparación de los daños ocasionados por las empresas mineras.
Por Redacción
Mérida, Yucatán, 23 de octubre de 2025.- Habitantes de los pueblos mayas de Xcucul Sur y Tebec, en la periferia de Mérida, denunciaron ante la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) las violaciones a sus derechos a la vivienda, al medio ambiente sano, a la salud, a la autonomía y a la libre determinación, derivadas de las afectaciones ocasionadas por bancos de material pétreo (minería a cielo abierto).
Durante un recorrido por la zona, personal de la ONU-DH constató los daños a las viviendas provocados por las constantes detonaciones de las empresas mineras. Las y los pobladores compartieron sus testimonios sobre los conflictos generados por esta actividad, destacando su preocupación porque a solo 500 metros de una de las zonas de explotación se encuentra una escuela primaria, lo que pone en riesgo la seguridad de niñas y niños de la comunidad.

De acuerdo con el comunicado de prensa difundido por el Centro de Derechos Humanos Utsil Kuxtal y las comunidades afectadas, la minería en la periferia urbana —particularmente en el sur de Mérida— se ha intensificado con el megaproyecto del Tren Maya, no solo por la construcción de la vía férrea, sino también por las obras complementarias vinculadas al desarrollo inmobiliario, carreteras, puentes y aeropuertos.
En el caso de Xcucul, los pobladores informaron que recientemente se obtuvo una suspensión provisional contra una minera, sin embargo, advirtieron que ya se prepara la instalación de otra empresa en el ejido de San José Tzal, a cargo de Proser-Agregados. Por ello, comunidades mayas como Tebec, Hotzuc, Petecbiltún, Texán Cámara y San José Tzal han expresado su rechazo a las compañías extractivas que operan en una zona ya saturada de bancos de material pétreo.
En Tebec, los habitantes identificaron tres empresas mineras: Mapsa, Procon Grupo Industrial y Materiales Ku, cuya presencia ha generado diversas problemáticas en la comunidad:
- Detonaciones diarias por parte de Procon, que han dañado viviendas. Además, se tiene conocimiento de que Mapsa iniciará próximamente sus detonaciones.
- Tránsito constante de vehículos pesados, incluso durante la madrugada, lo cual se ha incrementado desde la construcción del Tren Maya. Esto ha provocado más accidentes viales, baches y contaminación por polvo y lodo dentro de las comunidades.
- Afectaciones a la salud, con enfermedades respiratorias, irritaciones en ojos y nariz, y molestias derivadas del polvo calizo.
- Daños a la salud mental, especialmente entre la niñez, debido al estrés que generan las explosiones y el ruido constante.
Durante la visita de la ONU-DH, un poblador relató que incluso los animales están siendo desplazados por la actividad minera:
“Se está dañando también a los animales, les están destruyendo su hábitat, y pues están
llegando al pueblo, a las casas. Es un proceso que está destruyendo lentamente
a la comunidad, ya ni podemos ir a buscar la leña al monte”.
En su comunicado, las comunidades afectadas y el Centro de Derechos Humanos Utsil Kuxtal exigieron a las autoridades ambientales y al Gobierno del Estado de Yucatán:
- Que inspeccionen y clausuren las minas a cielo abierto que ocasionan daños irreversibles al medio ambiente y a la salud de los pobladores.
- Que se respete el derecho a la libre determinación del Pueblo Maya, impidiendo la instalación de megaproyectos sin su consentimiento.
- Que se establezcan mecanismos de reparación del daño tanto en las viviendas como en los ecosistemas afectados.
Las comunidades de Xcucul Sur y Tebec reiteraron su demanda de justicia ambiental y social, destacando que la presencia de la ONU-DH en la zona representa un paso importante para visibilizar a nivel internacional los impactos de la minería a cielo abierto en los pueblos mayas del sur de Mérida.
