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Más de mil 300 kilómetros recorridos y 16 días pedaleando, para cumplirle a la Virgen de Guadalupe una promesa

Por David Rico

Mérida, Yucatán, 11 diciembre 2021.- Raúl Pech y tres compañeros de Ixil salieron con rumbo a la Ciudad de México el 19 de noviembre para visitar a la Virgen Morena en la Basílica de Guadalupe, pero esto era solo el principio de la promesa, porque el verdadero esfuerzo sería el regreso, en bicicleta, no puede ser de otra forma, hay que esforzarse, dejar el alma y mostrar devoción y sólo así se cumple una promesa a la Reina del Tepeyac.

Soldadores, herreros, albañiles, los oriundos de Ixil partieron a la capital del país en camión del ADO, con sus bicicletas bien empacadas, desarmadas. Llegar iba a ser fácil, solo hubo que pagar el boleto del autobús, para primero llegar a Chalma en el Estado de México, pernoctar allá un día y luego llegar a la Basílica y saludar a la Virgen, lo que no se pudo por las medidas de restricción por la Covid-19.

Hoy llegaron al Santuario Guadalupano el Parque de San Cristóbal en Mérida, donde aguardan para poder entrar a la Iglesia o, de menos, que el sacerdote las bendiga sus figuras.

–No pudimos verla de cerca, pero así de lejitos, nos dio su bendición y de regreso, señaló Raúl.

Ahora sí, armar las bicicletas era lo siguiente, para emprender el camino de regreso a Mérida, pero, además, lo harían con unas grandes figuras de la Virgen en su espalda. Así, fueron 16 días pedaleando, bajo el sol, a veces la lluvia, pero contando, muchas veces, con el apoyo de la gente que les invitaba un taco o les daban resguardo.

 –Allá conseguimos las figuras y regresamos pedaleando. Íbamos contemplando el kilometraje y cuando recorríamos unos 100 o 120 kilómetros, parábamos a dormir, en alguna parada, en un Oxxo, pero gracias a Dios solo tuvimos alguna ponchadura y ningún otro incidente, expuso.

Y el porqué del esfuerzo, por la devoción, por la fe, por saber que solo mediante el esfuerzo, el sudor, se demuestra el cariño que se tiene a la Morenita, como señala Raúl, y de esta forma escuchará para cuidar y bendecir a las familias de los viajeros.

–Es una fe, una devoción que llevamos, una promesa para que cuide a nuestras familias, a los amigos, que los proteja, dijo.

–Yo le pido que cuide a mi familia, que les dé vida y salud, expuso.

Agregó que la Virgen sí los ve y les toma en cuenta, los apoya, y con seguridad les cumplirá sus promesas.

Al igual que los habitantes de Ixil que fueron a la Ciudad de México y regresaron a Mérida, un buen número de peregrinos y visitantes llegan a la iglesia de San Cristóbal para festejar a la Lupita.

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