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Piden a las autoridades atender contaminación del manto freático por fecalización humana, las granjas no son el problema: Ciudadanos Hartos

Por Cecilia Abreu

En Yucatán, hay al menos 450 micro, pequeñas y medianas granjas que carecen de vigilación en sus procesos para verificar que no contaminen el agua; en contraste, las mega granjas cuentan con tecnologías que permiten la cero descarga y contaminación del manto freático, aseguró el químico y activista defensor del agua, Humberto Reyes Montiel, fundador de Ciudadanos Hartos Asociación Civil (Chac); quien pide regularizar esas pequeñas producciones, así como la fecalización humana que no cuenta con procesos de tratamientos de aguas residuales y contaminan directamente el manto acuífero.

El activista apunta que la sociedad debe dejar de luchar en contra de la porcicultura, pues es un impulso a la economía del Estado, pero sí requieren vigilar que todas implementen métodos amigables con el ecosistema. “Aquí lo importante es que dejemos en paz a las 10, 15 o 20 mega granjas que cumplen con la norma al 100 por ciento y nos enfoquemos a las 490 o más que no sabemos si contaminan mucho, poquito o nada”, dijo.

Si alguna granja no cumple con la reglamentación, señaló, debe clausurarse, para ello pidió a las autoridades como Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS), la Procuraduria Federal de Proteccion al Ambiente (Profepa) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) realizar la vigilancia correspondiente a las granjas pequeñas que hasta ahora han sido ignoradas y continúan contaminando.

La fecalización humana es una problemática mucho mayor, subrayó, pues lamentó que hasta ahora no hay ningún tratamiento para las aguas residuales de los hogares e impactan el manto freático y, a diferencia de la heces fecales de los cerdos, que están compuestas por nitrógeno y fósforo que pueden convertirse en fertilizante, la excreta humana en una ciudad que continúa en crecimiento “sin plantas de tratamiento de aguas residuales” afecta el agua.

En la actualidad, Yucatán solamente cuenta con sumideros, fosas séptimas y “malísimos biodigestores de Rotoplass”, cuestionó qué hará el Estado con este problema, pues hasta ahora realizan campañas de arborización, pero no atienden esta situación.

Resaltó que es necesario un programa de 10 a 12 años en el que, cada año, construyan entre 10 y 15 plantas de tratamiento de aguas residuales, lo que representaría una inversión de 300 a 400 millones de pesos por año, estimó.

Es necesario implementar biodigestores de calidad, continuó diciendo que la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) ya cuenta con los diseños para ello, así como regularizar las fosas sépticas. “Un plan inteligente a 12 años […] Son proyectos de trascendencia social, no personal”, dijo y lamentó que no haya acciones para solucionar estas problemáticas hasta ahora.

Del mismo modo, advirtió que el uso de pesticidas tiene que atenderse, ya que produce cáncer, lo cual han demostrado investigaciones de la UADY desde hace más de 10 años por Ángel Polanco, así como otras personas, sin que las autoridades actúen al respecto para revertir la problemática.

Es grave porque un 40 por ciento de la población del Estado de Yucatán toma agua de pozo, envenenada por cáncer”, es así que en la región detectan alrededor de 60 casos diarios de cáncer, entre ellos destacando cervicouterino y de mama.

Sensibilizó pidiendo que la sociedad yucateca también se sume para que exijan a las autoridades atender estas situaciones que contaminan el agua y el manto freático del Estado sin que nadie preste atención hasta ahora.

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