Salieron por pulpo… y hallaron una tortuga carey atrapada
La mañana prometía pesca fácil por la arribazón de pulpo, pero terminó en un rescate inesperado: una tortuga carey en plena temporada de anidación fue salvada por manos ciudadanas y científicos del mar.
Por David Rico
Mérida, Yucatán, 05 de agosto 2025.- La noticia del día era clara: el pulpo estaba saliendo. Desde temprano, las playas de Progreso comenzaron a llenarse de familias que, con baldes, redes o simplemente con las manos, intentaban atrapar algo entre las piedras, empujados por los rumores de un inusual arribazón del molusco.
En Chelem, como en otras zonas del puerto, se hablaba de que el fenómeno se debía a la marea roja y a los manchones de algas que hay más mar adentro. Según pescadores, los pulpos estarían huyendo de esas condiciones y por eso estaban llegando a la orilla. Fue en medio de esa agitación que ocurrió algo distinto a lo esperado.

Susana Pech había llegado con su familia para aprovechar la marejada de pulpo. Caminaban entre los espolones, atentos al movimiento entre las piedras. “Veníamos desde la mañana a recoger pulpo porque está saliendo —relató—. Veníamos para acá, y pasamos de este lado e igual acá, y pasamos, y solo escuchamos los aletazos, porque la naturaleza es bien sabia, y pidiendo auxilio, porque empezó a graznar y de repente la vimos”.
La sorpresa no fue un pulpo, sino una tortuga carey adulta, en apuros. El animal, de entre 40 y 45 años, había salido aparentemente a desovar, pero quedó atrapado entre la madera y las piedras de los espolones. Estaba lastimada, desorientada, y luchando por salir.

Sin pensarlo, la familia se movilizó. Le arrojaron agua para mantenerla fresca y viva, y comenzaron a buscar ayuda. En redes sociales compartieron fotos y videos del hallazgo. Después de hora y media de insistencia, lograron establecer contacto con personal del Campamento Tortuguero del CETMAR 17.
“Un compañero fue pidiendo ayuda y le habló a la bióloga (del CETMAR); después de hora y media en quince minutos llegaron; la tortuga está lastimada y cansada”, explicó Susana.

William Humberto Pat Huchim, voluntario del campamento, llegó al sitio con otros compañeros. El reporte hablaba de una tortuga atorada, posiblemente en labor de anidación. Al llegar, confirmaron que el animal se había quedado atrapado en una zona con poca arena, lo que dificultó su movilidad. “La liberamos y la pusimos a descansar dentro del agua; estamos esperando a la bióloga para determinar si la regresamos al mar”, indicó.
Recordó que actualmente, de abril a noviembre, es la temporada de anidación de tortugas, y que por lo general estos animales salen de noche para evitar desorientarse con la luz. Por eso, estimó que la tortuga pudo haber estado atrapada desde hace varias horas. No encontraron evidencia de que hubiera logrado desovar.
La atención final la brindó la bióloga Sinahí Kantún, del CETMAR 17, quien acudió al lugar para evaluar el estado del quelonio. “La revisamos y analizamos las heridas y vimos que era viable su liberación, ya necesitaba regresar al mar; tenía una fuerza impresionante para irse”, aseguró.
Con la energía de quien no se rinde, la tortuga se adentró nuevamente en el agua. La escena quedó grabada en las miradas de quienes presenciaron el momento: un animal en peligro, una familia que actuó, una comunidad que respondió.
El mar devolvió a la tortuga, y la tortuga devolvió un mensaje claro: la playa no es solo un lugar de paso, es un refugio que debe ser cuidado. Porque no todo lo que sale del mar se atrapa; algunas vidas, como la de esta tortuga carey, solo necesitan ser liberadas.
