Cultura

Cancelación de artistas y autores rusos, una forma de denuncia y rechazo a la guerra

Por David Rico

Mérida, Yucatán, 24 marzo de 2022.- Sobre la creciente cancelación de autores y artistas rusos en festivales y diferentes eventos en todo el mundo, como consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania, Giovana Jaspersen, directora general de la agrupación Talasa Futuros Culturales, consideró que no hay que perder de vista que “la cancelación es un efecto y no la causa”, es decir, no hay que distraer la atención de el verdadero significado que es la guerra.

Explica que la cultura de la cancelación que se ha dado en los últimos años ha sido siempre un debate, en temas como la guerra, ahora, y antes con cuestiones de género y otro tipo de denuncias sociales. En estos temas, advierte que se debe tener un enfoque desde dos posturas pues es difícil decir si es correcto o no.

“Por una parte, hay que comprender que la cancelación es un efecto y no la causa y no debemos de distraer nuestra atención de lo que es la verdadera causa; nuestro problema aquí es la guerra”, expuso.

Para profundizar en el tema, la especialista en gestión, gobernanza cultural y promoción estratégica de proyectos, expone que la cultura y sus manifestaciones, como pueden ser los artistas o escritores, en este caso de Rusia, son símbolos de las naciones que se expresan al exterior, como identidad nacional a nivel mundial.

“Por eso hablamos de que hoy estamos ante símbolos que son difíciles a nivel programación artística. Mientras en la sociedad a nivel mundial estamos dolientes por la guerra es complicado que en otra parte se pueda poner en escenario o en los reflectores, manifestaciones de la misma cultura que está agrediendo a otra”, comenta.

“Por una parte, hay que comprender que la cancelación es un efecto y no la causa y no debemos de distraer nuestra atención de lo que es la verdadera causa; nuestro problema aquí es la guerra”, expuso.

Giovana pone como ejemplo, si se tratara de México y se pusiera en escenarios internacionales, la gente asociaría el mariachi como un símbolo de la cultura de una nación que está atacando a otra.

“De ahí la complejidad del tema, de esta cancelación como una forma de denunciar el agravio y lo que la gente siente con los ataques de Rusia”, señaló.

Menciona que en realidad la gente poco puede hacer al respecto de la política militar rusa, con los ataques y en este escenario la cancelación es una opción, para denunciar y rechazar estas acciones.

Sin embargo, advierte que lo anterior no se debe confundir con lo que pueden ser ataques directos a las personas de origen ruso, por algo que está sucediendo con la política militar de su país, porque entonces se convertiría en un agravio a los derechos de las personas, que están por encima de cualquier situación mundial.

“Los escritores rusos, los artistas, los músicos, siguen teniendo familia y necesidad de alimento y derecho a tener una vida digna más allá de lo que su gobierno hace a nivel mundial”.

“Esta doble mirada nos permite un equilibrio y tener una posición crítica de lo que está sucediendo en torno a la guerra, pero hay que saber que las consecuencias no las podemos orientar a los individuos, a las personas”, agrega.

Considera que cerrar una ventana cultural a Rusia nunca debiera ser la opción, más cuando la cultura y las artes abren la posibilidad de dialogo, de construcción común y de comprender al otro.

“Sin embargo, creo que hay que comprenderlo como uno de los costos de la guerra, de la misma forma que es la destrucción del patrimonio cultural, la pérdida de vidas humanas, familias dolientes, migraciones; es un efecto de la guerra, la cancelación y la omisión de una tradición cultural que va más allá de la política exterior”, indica.

Al respecto del porqué no se ha dado esta cultura de la cancelación al respecto de otros países, en otros conflictos armados, considera que se trata de un tema de comunicación y nuevas tecnologías que imperan hoy día.

“Hoy tenemos más voces, ha avanzado la comunicación de manera muy contundente en los últimos años. Si pensamos en cómo eran los sistemas de comunicación en otros conflictos armados y cómo lo son ahora; ahora estamos viendo la guerra transmitirse en Tik Tok y es un producto de la comunicación y cultura contemporánea”

“Y la activación de voces hace que la fuerza ya no venga solamente de canales oficialistas y hace que también la denuncia y la fuerza que tenemos las sociedades y personas sea mucho más clara, lo hemos visto también con lo que sucedió también en el maltrato, racismo y discriminación en Estados Unidos, como las violencias policías”, expone.

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