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Handpoke, una experiencia diferente de tatuajes; yucateco llevará su técnica hasta Suiza

Por Cecilia Abreu

Albert Iván Avilés Chi, inició su proyecto de handpoke (tatuajes sin máquina) hace cinco años y cinco meses como “Neo.cero”, luego de viajar a Tulum para trabajar y conocer a una tatuadora francesa que le introdujo a esta técnica que, desde el principio, llamó su interés por su gusto natural hacia dibujar con puntillismo.

Así, apenas un mes después de conocerla e investigar al respecto, comenzó a tatuar sin máquina y, ahora, a cinco años desde que inició su trabajo como tatuador, viajará hasta Suiza para visitar a su pareja y llevar su trabajo a otro país.

“Me gusta más el tatuaje a mano porque siento que es como un proceso que evoca mucho a lo arcaico, a lo antiguo, al humano sin tanta tecnología… Es una experiencia diferente y me gusta que la gente viva justo eso, una experiencia diferente”.

Este tipo de tatuajes, comenta, además le gusta porque lastima menos la piel y logra cicatrizar más rápidamente que cuando es un tatuaje con máquina.

Durante tres meses, a partir de este 8 de agosto, el artista de la piel estará ofreciendo su trabajo en Zúrich, donde planea, desde su llegada, conocer a otras personas que se dedican a tatuar para que puedan apoyarle con la difusión de su trabajo.

Desde ahora, cuenta, ya está en contacto con algunos tatuadores que esperan a su llegada para conocerlo y brindarle ese apoyo que será para él “aprendizaje de una cultura y un lugar muy diferente al que siempre he estado y compartir con otros artistas sobre nuestro trabajo y el impacto de lo que hacemos en la sociedad”.

Foto: Cecilia Abreu

Con la experiencia en su trabajo, ha evolucionado pasando del realismo a tatuajes ornamentales con figuras abstractas, pero encuentra también que le ha brindado la oportunidad de conocer nuevos lugares y a diversas personas.

Es precisamente porque prioriza conocer nuevos sitios que ahora volará hasta otro país, oportunidad que se le presenta por primera vez, aunque también ha ido con su trabajo a Tulum, Chiapas y Ciudad de México.

Foto: Cecilia Abreu

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