Género y Derechos Humanos

Karen Guerrero: astronauta análoga, una mujer que mira más allá del espacio para todas las personas (2 de 2)

Por Cecilia Abreu

¿Quién es Karen Guerrero?

Es una mujer que desde chica siempre tuvo curiosidad por saber qué hay en el mundo aparte de lo que conoce del Planeta Tierra, “cuando miras hacia arriba y te preguntabas sobre las estrellas, por qué se ven tan chiquitas y de chiquita comencé a cuestionarme mucho, era muy curiosa”.

Recuerda que hacía muchas preguntas, pero no siempre le daban las respuestas, entonces tomó iniciativa propia para aprender por su cuenta porque incluso en la escuela le enseñaban solamente sobre la Tierra.

“Comencé a indagar por mi cuenta, me metía a ver videos en YouTube y me daba curiosidad que las personas que más hablaban de esto eran los astronautas, a partir de eso, desde chiquita, comencé a tener esta inquietud y curiosidad, pensaba ‘ay, ¡quiero ser astronauta!’”.

Al crecer fue encontrándose que su meta era muy complicada y dejándola de lado, como un sueño de la infancia, pero “hay cosas que te van acercando un poquito más profesionalmente”.

Cuando estaba por finalizar la prepa, conoció la carrera de aviación y descubrió que, aun estando en la Tierra, podría continuar investigando y cumplir el sueño de volar, entonces inició la carrera y “fue ahí cuando me di cuenta que el cielo no era un límite como yo creía”.

Desde entonces comenzó a enfocarse en la parte espacial, en un inicio, para fomentar desde la infancia la curiosidad sobre el tema, dándoles respuestas, pero también herramientas para que investiguen y aprovechen la tecnología e internet. “Llevo como cinco años aproximadamente compartiendo a los niños esta curiosidad del universo, las estrellas, a través de varios voluntariados, uno de ellos es ‘Estrellas para Todos’”.

Hoy en día está dedicada al tema de forma profesional, como astronauta análoga en Hábitat Marte, ubicado en Brasil, donde realizan simulaciones a cuerpos celestes, comúnmente la Luna y Marte.

“Lo que hacemos ahí es preparar ciertos protocolos de investigación que realizan los astronautas o las personas que se dedican a la exploración espacial y replicar también protocolos de acción en la parte médica, artística, psicológica y todas estas variantes que implican poder realizar la exploración espacial”.

Hasta ahora, ha tenido la oportunidad de participar en dos misiones, en la Misión 89 participó como oficial de la central eléctrica del hábitat y en la Misión 91 como oficial piloto, donde al mismo tiempo está trabajando un simulador de vuelo para el entrenamiento de astronautas análogos y para mejorar los sistemas de vuelo de las cápsulas espaciales.

Explicó que las misiones son el primer paso en el que se ve inmersa una astronauta y allí realizan labores de investigación y, aunque ella inició en ese mundo esperando recibir guía, descubrió que, en el Estado de México, donde ella reside, no había ninguna mujer que hubiera realizado una misión de ese tipo. “Tengo la dicha de ser la primera”.

Allí les tocan protocolos diferentes dependiendo de si es una misión martiana o lunar porque los tiempos y ambientes son distintos, “nos adaptamos a estas condiciones a manera de simulación”, dado que hay cosas que pueden replicar en la Tierra.

En esas simulaciones, apuntó, trabajan principalmente el aislamiento porque en el espacio no podrán salir a realizar pruebas como se haría naturalmente aquí en la Tierra, pues requieren protocolos como el traje y medidas de seguridad para evitar que la radiación les afecte.

Les toman datos médicos de cómo reaccionan al estar encerrado con la tripulación, programas de alimentación con productos deshidratados, actividades artísticas que contribuyan a la salud mental, “porque ese es uno de los elementos más importantes”; investigaciones con las que logran que más gente pueda ir al espacio.

En la misión cada quien puede enfocarse en el ámbito de sus estudios, en su caso, la aviación, por lo que investiga sobre simuladores de vuelos espaciales, saber cómo funcionan las cápsulas espaciales, cómo llevarlas al espacio y traerlas de vuelta, los protocolos de exploración y vuelos espaciales, entre otros.

Estas misiones tienen diferentes tiempos de duración, en la primera que participó fue de ocho días y la que vivirá en mayo será de 13, pero también las hay por meses y años; uno de los objetivos principales es que puedan conocer cómo adaptarse porque “lo que estamos buscando al final de cuentas es replicar nuestra vida como la vivimos en la Tierra, en el espacio”.

En las que duran mucho tiempo logran investigar más profundamente ciertas temáticas y tienen un acercamiento más directo a la exploración espacial, también es uno de sus sueños vivirlas, pero su objetivo personal es que estos proyectos puedan replicarse en México para crear programas de exploración espacial.

Aunque le encantaría participar en misiones de Rusia o la Agencia Espacial Europea, “la verdad es que más me gustaría impulsar en mi país” y ahora que las oficinas de la primera Agencia Espacial Latinoamericana y del Caribe estarán en México mira con entusiasmo la oportunidad. “Me gustaría ser de las primeras mujeres en incursionar la parte de los programas espaciales”.

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