Género y Derechos Humanos

Mañana abre sus puertas la primera casa de transición para infancias en Yucatán

Por Cecilia Abreu

Casa AMAR es una casa de transición que priorizará la salud emocional de las infancias para que puedan llegar a un hogar libres de heridas, con perspectiva de derechos para la niñez, recibirá a las y los niños que la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (PRODENNAY) les confíe para el proceso hasta la llegada de su familia.

La fundadora de esta casa, Georgina Ortega Joaquín, lamenta que en las adopciones de Mérida por encima de 90 por ciento de las infancias son devueltas por las familias, ya que las y los niños pasan por un periodo llamado “luna de miel” con sus adoptantes, pero luego les ponen a prueba para asegurarse de que no se irán y, en muchos casos, sí les dejan.

Esto, sumado a que suelen tener muchas heridas, las infancias “llegan rotas” a los albergues, sin embargo, normalmente no reciben atención para curarles del todo y salen así de nueva cuenta a la vida porque las instituciones no tienen la capacidad de abarcar todas sus necesidades.

Foto: Cecilia Abreu

Por eso, con esta casa de transición el objetivo no es que las infancias permanezcan allí para siempre, sino que sea una parte sus vidas e incluso la recuerden con cariño, pues en muchas ocasiones la etapa de la vida de niñas y niños que estuvieron en orfanatos queda en el olvido, viven un borrón de ese momento de sus vidas, explicó.

Para evitarlo, manteniendo la perspectiva de derechos de infancias, procurarán que cuenten con memorias como en cualquier hogar, guardándoles por lo menos tres fotografías mensuales con sucesos importantes de sus vidas, tal como perder un diente y, al mismo tiempo, guardarán sus objetos importantes como lo hacen en casa mamá y/o papá.

Otra de las características que resaltan de esta casa, es que cada infante, al llegar, podrá elegir la ropa que será suya y también tres juguetes que serán propios, pero como parte del aprendizaje, sabrán que si rompen o dañan el juguete de alguien más, tendrán que entregar uno de los suyos para reponerlo.

Las instalaciones también demuestran que el lugar es hecho por y para infantes, pues cuenta con un patio trasero digno para que puedan correr y jugar, un espacio para rehabilitación, así como habitaciones adaptadas con cunas y áreas de juego, entre otras particularidades.

Foto: Cecilia Abreu
Foto: Cecilia Abreu

El personal, también fue seleccionado cuidadosamente para preservar el enfoque prioritario a las infancias y sus derechos, pues las personas, dijo, tuvieron que pasar por pruebas que demuestran su experiencia, pero también empatía y sensibilización.

En la casa hay diversas especialidades, pues darán atención con terapia de lenguaje, post-trauma, de apego, así como valoraciones con pruebas proyectivas y de otros tipos que permitirán conocer las necesidades de cada niña y cada niño, inclusive detectando situaciones de abuso sexual para darles el apoyo necesario conforme sus situaciones particulares.

Dada la atención que desean brindar, en inician su labor con espacio únicamente para 25 infantes, pero esperan que en el futuro puedan atender hasta 80; mañana ingresarán 11, quienes ya estuvieron en visitas previas para conocer al personal y el lugar en el que vivirán, de manera que les conozcan y puedan sentir confianza, priorizando el respeto a su autonomía; en esta ocasión, quienes llegarán dejarán el Centro De Atención Integral Al Menor En Desamparo (Caimede).

El modelo de trabajo es una réplica que les entregó de forma gratuita un albergue de Querétaro, llamado “La Alegría de los Niños”, desde el cual también priorizan a la niñez y el trabajo psicológico; pero desde Casa AMAR, aseguró su fundadora, buscarán también incidir en la legislación pertinente a las infancias, pues las mujeres, pueblos originarios y otros grupos vulnerables pueden defenderse en primera persona, pero las infancias aún no cuentan con las herramientas para ello.

Mejorar las condiciones de vida de las infancias, destacó, es transformar el tejido social, pues en muchos casos quienes en la niñez son resilientes y cuando llegan a la adolescencia sin sanar sus heridas se hacen evidentes con adicciones o incluso con conductas delictivas.

“Queremos interrumpir ese círculo vicioso y hacer un círculo virtuoso, donde lleguen aquí, sanen y pueda incorporarse de una manera sana a la adopción o regresar con su familia de origen si la Procuraduría así lo considera”.

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