Mujeres del jazz reivindican la voz como instrumento de libertad
En el Festival de Jazz Mérida, Elizabeth Meza, San Cuevas y Gina Osorno narran sus trayectorias y coinciden en la fuerza del género
Por David Rico
Mérida, Yucatán, viernes 3 de octubre de 2025. – Entre anécdotas, confesiones y reflexiones sobre el oficio de cantar, tres voces femeninas coincidieron en un mismo punto: “el jazz está más vivo que nunca”. Y si algo quedó claro durante el conversatorio “La voz en el jazz contemporáneo”, realizado en el marco del Primer Festival de Jazz Mérida, es que la escena de este género vibra con fuerza en la ciudad y en Yucatán.
Las protagonistas fueron Elizabeth Meza, San Cuevas y Gina Osorno, tres intérpretes que han hecho del jazz un refugio, un territorio de libertad y, sobre todo, un lenguaje para decir lo que otras músicas no permiten.

La cantante yucateca Gina Osorno abrió el diálogo con una retrospectiva íntima: recordó sus inicios como cantante autodidacta, el aprendizaje paciente a través de la imitación de grandes exponentes del jazz y el nacimiento de su propio proyecto, The Dreamers.
Por su parte, San Cuevas narró que su carrera comenzó literalmente en las calles, experiencia que definió como la mejor escuela posible, porque le permitió formarse, sobrevivir y entender al público de primera mano. Ese trayecto la llevó a transitar por el blues, el folclor y, finalmente, hallar en el jazz un espacio que calificó como “sumamente liberador”, ahora con un proyecto estrictamente vocal.

Elizabeth Meza, con una trayectoria consolidada, recordó su origen en el norte del país, su paso por la Ciudad de México y las giras que la llevaron a recorrer escenarios del mundo. Admitió que evita encasillarse en etiquetas de género, aunque en el jazz –explicó– los límites son necesarios por la complejidad técnica que exige. “En el jazz he encontrado una libertad increíble”, subrayó.
También compartió un apunte histórico: el jazz vocal es relativamente joven, pues nació de la tradición instrumental. Fue Louis Armstrong quien introdujo la improvisación vocal, abriendo el camino a figuras como Ella Fitzgerald y Billie Holiday, esta última con “el alma del jazz vocal y el dolor del blues”.

Con la voz de la experiencia, recordó que durante años trabajó como corista, lo que definió como una escuela invaluable para aprender de armonía y de “show business”. En esa faceta colaboró con artistas de renombre como Ricardo Arjona, Willie Colón y Ricky Martin.
Al hablar de la actualidad, Gina Osorno resaltó que Mérida siempre ha tenido jazz, pero ahora el público ha crecido junto con la ciudad, enriquecida por la llegada de nuevas generaciones y de personas de distintas partes de México y del mundo.

San Cuevas coincidió y fue más allá: “hay una escena fuerte en Mérida y mucho talento”. Además, destacó que el jazz mexicano comienza a forjar una identidad propia, distinta de la mera imitación del estilo estadounidense, lo que se refleja en la respuesta del público.
En tanto, Elizabeth Meza apuntó que Yucatán goza de una amplia tradición musical y aseguró que el jazz mexicano es hoy el más importante de Latinoamérica, no sólo por la cercanía con Estados Unidos, sino también por la natural musicalidad del país y la fortaleza de su comunidad jazzística. “El jazz está en un excelente momento”, concluyó.
Lo que quedó al final de la charla no fue sólo un repaso de trayectorias y estilos, sino una certeza compartida por tres mujeres que lo viven desde el escenario: el jazz, lejos de ser un género de nicho o del pasado, late con fuerza en Yucatán y en México, cada vez con más identidad propia y con un público en expansión.

