Narcos, grandes inversores en ciencia y tecnología

Por Lorena González Boscó

La 4T se ha peleado todo el sexenio con las y los investigadores de este país, se les ha acusado de hacer ciencia neoliberal, conservadora y un sinfín de motes más, y entre las medidas más osadas fue suspender a investigadores de las universidades privadas el apoyo del Conahcyt o golpear al Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), entre otras tantas medidas reduccionistas sobre el financiamiento y la ideología sobre hacer y producir ciencia en México.

Siempre es difícil reconocer y duele ver lo poco que importa al Estado mexicano la ciencia y la educación, lo que ciertamente no es de ahora, sino desde un ‘siempre’ que cada vez se prolonga más, y mientras esto sucede, en el país tenemos una descomposición del tejido social, violencia de muchos tipos y un ‘narcopoder’, el cual aunque digan que México es más grande que su crimen organizado, los datos duros escriben otra narrativa.

Una de las características que tiene el narcotráfico es que invierte en ciencia y tecnología, principalmente en la relacionada con telecomunicaciones y armamento.

Desde hace al menos dos décadas los narcos colombianos ya habían invertido en el desarrollo de submarinos; en México los túneles de escape y traslado de mercancía son producto de la intervención de ingenieros civiles, entre otros especialistas.

Una nueva inversión se vislumbra en armamento, lo publicó Milenio (05.07.23)… El Cartel del Sinaloa ha invertido en hacer pistolas-metralletas, así como lo lee, ya que fabrican piezas conocidas como “glock switch”, un interruptor que permite convertir una pistola semiautomática en una ametralladora, según confirmaron fuentes al interior del gobierno estadunidense a Milenio.

Esta innovación permite que una pistola semiautomática dispare 30 balas por segundo, lo que aumenta las posibilidades de daños humanos y materiales en los enfrentamientos entre cuerpos de seguridad y narcos o contra la población civil.

La posibilidad de que una de estas balas se pierda y entre a un jardín de niños aumenta considerablemente.

Este tipo de armas, las fabrica el cartel de Sinaloa.

Los narcos, tienen sus propios cazatalentos, le sorprendería saber que la persona que está sentada al lado suyo en un Congreso, es uno de ellos, tan atento como usted, para después por la buenas o por las malas atraerlo al lado obscuro; por ejemplo: (no sé) el Cartel de Jalisco Nueva Generación, contratan a especialistas en economía, finanzas y banca para invertir su dinero.

La UNAM, la Universidad de la Nación, lastimosamente recientemente abrió su licenciatura en Ciencias Forenses -más vale tarde que nunca- para formar el capital humano capaz de analizar las evidencias de un crimen, y lo digo lastimosamente porque cuando se requieren estos cuadros de profesionales, es porque aquí sobran desaparecidos que buscar y asesinos por incriminar, aunque después no nos sorprendamos de que estos licenciados también aporten su experiencia al narco para evadir o hacerse cómplice de la justicia de este país.

Lo cierto es que en lo que son peras o manzanas los narcos tienen el ‘cash’ suficiente para hacer la ciencia y la tecnología que demandan sus actividades. Tener a los profesionistas y profesionales del más alto perfil a su servicio, mientras el gobierno le da la mano a la mamá del ‘Chapo’, y en vez de aprovechar su Ejército de científicos para ayudar a solucionar el problema de seguridad en este país, mejor no… eliminar, mejor que redireccionar esfuerzos.

Mientras tanto, un narco llevándose los mejores recursos humanos del país, y muchas veces no es un tema de conciencia o ética de los profesionales, sino de una voluntad que se amaina a punta de pistola.