“No sin nosotras”, exige Olimpia Coral Melo legislar con quienes encabezan la lucha
Por Cecilia Abreu
En Yucatán hay 180 carpetas de investigación por violencia digital; de noviembre de 2021 a la fecha al menos 102 mujeres han sido víctimas de violencia sexual, de los cuales 97 fueron perpetuados por una pareja o persona conocida de la víctima.
La activista Olimpia Coral Melo está presente en Mérida para brindar un taller con el fin de concientizar sobre la violencia digital que impera en el Estado sin justicia y revictimiza a las mujeres, hoy dio el taller de forma gratuita en la Casa del Flan en el Centro de la ciudad, donde levantó la voz para exigir que la diputación local las convoque cuando presentarán iniciativas que contemplen temas sobre los cuales han trabajado durante años.
“Hace algunas semanas se dio a conocer de algunas iniciativas dentro del Congreso del Estado de Yucatán para modificar los artículos relacionados con la violencia digital y la difusión no consentida de material íntimo […] Es importante que sea no sin nosotras”.
Calificó de injusto y poco razonable que cuando ocurren casos mediáticos de violencia contra las mujeres las autoridades toman las causas alardeando sobre las acciones que ejecutarán, pero “no somos convocadas las sujetas políticas que hemos encabezado esas causas”.
Pide que existan mesas de trabajo para el tema, pues apuntó que perseguir el delito de oficio, como lo propone la iniciativa, “implicaría que el Estado tendría que tener la justicia directa o llevar el caso a la investigación para la procuración de justicia a víctimas”; subrayó que eso no contempla los derechos de las víctimas.
Las víctimas de este tipo de violencia digital pueden decidir cuál es el tipo de justicia que resarciría el daño para ellas, “hacemos exigible ser convocadas para estas legislaciones en las cuales se está pretendiendo modificar lo que se conoce a nivel nacional como la Ley Olimpia”.
¿Por qué las mujeres no denuncian?
“Además de la poca empatía y revictimización, hay nulos programas y protocolos institucionales en las Fiscalías, las mesas de Secretarías de las Mujeres e Instituciones de Procuración de Justicia del Estado, es justo el miedo a la revictimización social”.
La activista resaltó que la entidad vive una problemática particular, pues a diferencia de otros Estados, “en casos de violación a la intimidad sexual, difusión y producción no consentida de material íntimo las víctimas no denuncian y no piden apoyo a las autoridades que están obligadas para darlo por el miedo a la especulación, revictimización y culpa de sus familiares, escuelas y espacios comunes y sociales”.
Desde el año pasado, señaló, han registrado estos casos, concluyendo que la falta de denuncias es por una cultura machista, conservadora y patriarcal que continúa estigmatizando y culpando a las mujeres por la difusión y producción no consentida de ese material íntimo.
Esto se ha hecho evidente en el caso de la universidad Anáhuac Mayab, pues continúan sin haber estudiantes que hayan optado por denunciar ante la Ley, “no es nuevo, no confiamos en las autoridades; no es nuevo, hay revictimización; no es nuevo el miedo que se impone socialmente sobre nuestros cuerpos y la hiper sexualización y objetivación de ellos”.
¿Cuál es el panorama en el Estado?
Los mercados de explotación sexual en línea continúan en Yucatán y existen al menos 180 investigaciones sobre violencia digital en contra de las mujeres, “se han tenido pocos avances y no tenemos ningún caso en el que haya una sentencia favorable para una víctima”, lamentó.
Con este preámbulo, resaltó, “no basta solamente con hacer extensivas conferencias, programas, capacitaciones y talleres sin entender a profundidad que los cuerpos de las mujeres no son para la diversión en las redes sociales, es muy necesario que hagamos conciencia para cambiar la normalización de la violencia e impunidad que se vive en los espacios comunes, en los espacios tangibles y también en los espacios digitales”.
Lamentó que, con la difusión de estos mercados de explotación sexual en Yucatán, de cada 100 comentarios en las publicaciones, más de 70 por ciento era para hacer más grandes esos mercados; en lo que era para concientizar, “los agresores encontraron una manera de reproducir y perpetuar la entrada a esos mercados de explotación sexual en línea”.
“No luchamos porque todos los hombres estén en la cárcel; lo que luchamos es para que ninguna mujer vuelva a vivir lo que muchas mujeres vivimos en el ámbito de la violación a nuestros cuerpos”.
Levantó la voz para decir “que le quede claro a todas las universidades, a todas las instituciones, a todas las personas: difundir contenidos íntimos sin consentimiento de las mujeres es como si te violaran sin ni siquiera penetrarte; no necesitas tener físicamente el cuerpo de una mujer para violarla cada vez que se difunden estos contenidos».
“De nada nos sirve a nosotras la aprobación de la Ley Olimpia en algunos Estados y que se suban con nuestra bandera si no estamos brindando un acercamiento a las víctimas desde una perspectiva feminista, desde una perspectiva de no revictimización, de prevención”, enfatizó.
Queda pendiente también, dijo, que la educación digital llegue hasta las comunidades mayas “porque es muy clasista que el derecho informático no tenga una perspectiva en un Estado y en una península en donde mujeres en condiciones paupérrimas y de desigualdad no están accediendo a esto”.
Expuso que la Ley Olimpia no es suficiente, “si no estamos brindando un acercamiento a las víctimas desde una perspectiva feminista, desde una perspectiva de no revictimización, de prevención”.
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