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Tu legado y lucha continuarán, Sandra; una promesa de amigas y activistas para la mujer que partió de este mundo

Por Cecilia Abreu

Con una enseñanza particular para cada corazón que expresó su sentir ayer en su homenaje luctuoso, Sandra Peniche Quintal fue recordada como una mujer que dejó huella en cada una de las personas con las que se cruzó en esta vida.

La activista feminista falleció el pasado 14 de diciembre y este 20 de diciembre fue recordada por amigas, familiares y compañerxs de lucha, dejando en evidencia que Sandra fue, no solamente una mujer fuerte, valiente y firme, sino también sensible, con gran poder de escucha y contención, empática y familia para muchas.

Activista

Su impacto en la vida de las personas fue tal que Verónica Cruz mira que fue gracias a ella que aprendió que es necesario desafiar al sistema, hasta el punto de crear su propia organización: Las Libres.

“Me hizo, me obligó la verdad, a no temerle a nada y a nadie porque siempre ha estado ahí”.

Pero, no solo eso, también le enseñó que la vida hay que vivirla con placer, se convirtió en su familia y fue consuelo cuando su padre falleció.

“Sandra, siempre vas a estar inspirando mi camino y no voy a descansar hasta lograr muchos sueños que me confiaste de cómo quieres que sea este país para las mujeres. Y seguiré… Seguiremos arrebatando la lucha, arrebatando los derechos de las mujeres y las niñas de este país para seguir viviendo con dignidad como nos enseñaste“.

Entre lágrimas y con la voz entrecortada desbordando el cariño que siente por Sandra, Circe López, expresó que fue ella quien la hizo fuerte… “ella sacó lo mejor de mí”. Recuerda de ella su capacidad de escucha y la fuerza interna que contagiaba con sabiduría y generosidad.

“Su fortaleza la contagió siempre y eso a mí me permite también seguir y construir lo que hemos hecho juntas”.

Como el mar que ella tanto quería, con olas tranquilas, pero fuerte, así fue Sandra su amiga Pilar Sánchez. “Fuerte e intensa, era poderosa”.

Una escucha permanente, como una playa en donde es posible reposar y refrescarse gracias a sus ideas. “Ella tenía permanentemente en su mente una crítica, era siempre propositiva, nunca la escuché destruyendo, no, siempre era para edificar“.

También fue guía para Douglas Canul, quien atesora que gracias a ella aprendiera a observar las violencias misóginas y a transformarlas en su persona, pero también señalarlas en su profesión como médico, en la búsqueda de reeducar y aprender entre hombres para acabar con la violencia obstétrica.

Es un pequeñito granito de arena de tantas cosas que aprendí de Sandra“.

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