Un nacido para perder
Por Lorena González Boscó
Las campañas políticas son un gasto para los ciudadanos, que supone se convertirá en una inversión si el representante del pueblo en la presidencia, el poder Legislativo o el ayuntamiento cumple con algo de que lo promete durante los días de vítores y acarreos.
Luego, el candidato ganador, ya sentado en la silla de la gobernanza tiene que seguir gastando el dinero del ciudadano para que el pueblo vea que medianamente ha cumplido lo dicho en tiempos de campaña, a la par que difunde otros logros de su administración, que le van bien a las luces y los reflectores para dar el siguiente salto de su carrera política.
Así el actual alcalde de Mérida, se la ha pasado durante 3 períodos y ahora que su partido lo apoya para la gubernatura de los yucatecos el tema se perfila como aquel título de la película norteamericana de 1967: “Nacidos para perder.”
El Tren Maya, fue la estaca final del vampiro que atravesó y va a atravesar a los partidos de la oposición al partido presidencial en la península de Yucatán. Imaginar que el último bastión lo pueden conservar, por más abrazos, halagos, presentaciones en la “Mañanera” del actual gobernador, eso no le suma al partido que representa, sino a su carrera personal, ya veremos cómo queda en la siguiente administración gubernamental.
En días recientes estuvo por aquí la aspirante a la presidencia del partido actual presidencial y dos de las familias de mayor trayectoria empresarial en el estado, le dijeron “vamos con usted”, por cierto una de ellas muy cercana al actual gobernador.
La estocada al toro, no habrá cuarto de control de daños que la cure y recupere, no sólo por la falta de apoyo del actual gobernador, sino que es imposible que el tema del Tren Maya, pase por manos ajenas al partido que lo construyó.
Lo lamentable para México y sus ciudadanos, es que nos cuestan estos personajes nacidos para perder, mientras faltan un sinfín de cosas para mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos, sin excepción.