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A siete años del feminicidio de Ema Gabriela, la justicia aun no llega

Combativa, de pie, aunque cansada, con el dolor y la tristeza en el rostro, pero siempre firme, doña Ligia Canto Lugo exigió justicia para sus nietos, para ella y para su hija Ema Gabriela Molina, pues a siete años de su feminicidio la justicia no ha llegado.

Por Líneas Emergentes

Mérida, Yucatán, 27 marzo de 2024.- Siempre combativa, de pie, aunque cansada, con el dolor y la tristeza en el rostro, doña Ligia Canto Lugo exigió justicia para sus nietos, para ella y para su hija Ema Gabriela Molina, pues a siete años de su feminicidio la justicia no ha llegado.

En una manifestación que llevó a cabo en la sede de los juzgados familiares, dijo que han pasado ya siete años de un feminicidio anunciado y que pudo ser prevenido, pero las autoridades no le brindaron la protección debida, como también, luego de su feminicidio, los procesos han sido lentos, revictimizantes y beneficiando, muchas veces, al feminicida Martín Alberto Medina Sonda.

Frente a una corona de flores y la foto de su hija, Doña Ligia portaba una playera con la leyenda “Todos somos Ema Gabriela” y señaló que, aunque existe ya una sentencia de 50 años para el autor del crimen todavía está en revisión en un Tribunal Colegiado Federal y para ver si lo confirman.

Pidió a las autoridades que se pongan a trabajar, porque cada juicio, para proceso que se lleva a cabo en este caso, tarda años, como el juicio por incumplimiento de sentencia que tardó ocho años, o el de sustracción de menores que tardó un tiempo igual, lo mismo que el juicio para la manutención de sus nietos, hijos de Ema Gabriela.

Dijo que en todos los procesos Medina Sonda busca amparos y la forma de alargar, con la complicidad de las autoridades. Pero, pese al panorama siempre adverso, dijo que no se dará por vencida.

Recordó que en la blanca y tranquila Mérida fue asesinada una mujer a plena luz del día, por sicarios. y que hasta el día de hoy sigue esperando justicia y no se cierra este capítulo.  

Dijo que la muerte de su hija se pudo prevenir, en un hecho que sucedió hace siete años y que veía arrastrando amenazas, cárcel en contra de ella y la familia.

“A mi hija se la pusieron en bandeja de plata, porque en la sentencia le ordenaron que no podía salir de Yucatán con sus hijos y no le dieron protección, solo le dijeron que si veía algo extraño llamara a la policía”.

“Es ilógico e incongruente que, si la habían metido a la cárcel, le fabricaron delitos, le quitaron a sus hijos, y que a todas luces iba acabar como terminó, no le dieran una protección permanente”, expuso.

Ahora, dijo que, aunque ella tiene la guardia y custodia, la pérdida de patria potestad aun no está firme, pues siguen en espera.

“Y así estamos en espera y en espera, pero quién sabe hasta cuándo va ser la espera, porque no vemos una luz de que esto se termine”, dijo.   

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