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Ajuste al ISN es justicia redistributiva: ya era hora, afirma OMS

Eduardo Monsreal destacó que es una buena medida canalizar el ajuste fiscal de Impuesto Sobre Nómina que se aplicará al empresariado únicamente al transporte público, como “un acto de justicia redistributiva” que prioriza a la mayoría de la fuerza laboral y mejora la eficiencia urbana.

Por Redacción

Mérida, Yucatán, a 28 de noviembre de 2025.- El ajuste al impuesto sobre nómina es una medida de justicia redistributiva largamente postergada: por años, toda la población ha financiado la infraestructura que sostiene al automóvil privado, mientras el transporte público, que mueve a la mayoría de las y los trabajadores, ha recibido recursos insuficientes. Por ello, afirma, destinar el incremento exclusivamente al subsidio del “Va y Ven” es una decisión necesaria y socialmente responsable.

“Mientras los automóviles son de uso privado, sus costos de infraestructura y ambientales son socializados, haciendo del transporte público una herramienta clave para la distribución justa de la riqueza”, señala. Monsreal subraya una contradicción evidente: aunque los usuarios del “Va y Ven” ocupan menos espacio vial y contaminan menos, las obras que permiten la circulación del automóvil, calles, puentes, pasos a desnivel, semáforos, se pagan con impuestos de todas y todos.

Esta lógica, insiste, es profundamente desigual. Quienes no tienen auto, generalmente quienes menos ganan, terminan subsidiando a una minoría con mayor poder adquisitivo. Por ello considera que la decisión del Gobierno de Yucatán de canalizar el ajuste fiscal únicamente al transporte público es “un acto de justicia redistributiva” que prioriza a la mayoría de la fuerza laboral y mejora la eficiencia urbana.

En cuanto a su diseño, recuerda que la medida es progresiva: “Solo el 4% de las empresas de mayor capacidad económica absorberá el aumento completo. El 96% restante, compuesto por micro y pequeñas empresas, contará con estímulos que protegen su estabilidad”. Lejos de perjudicar la competitividad, dice, garantizar movilidad digna y accesible sostiene la productividad del estado.

También enfatiza que invertir en transporte público no es asistencialismo, sino una estrategia económica inteligente. Un sistema eficiente mejora la puntualidad laboral, reduce costos logísticos para las empresas y fortalece la competitividad regional. Los recursos para el “Va y Ven” se suman a inversiones en salud, seguridad e infraestructura que terminan beneficiando tanto a la ciudadanía como al sector empresarial.

Monsreal concluye que el Gobierno de Yucatán impulsa “una política pública de avanzada, técnicamente sólida y socialmente responsable”, orientada a invertir con equidad en quienes sostienen la economía: las y los trabajadores yucatecos. Reitera el llamado al sector empresarial a construir una visión de largo plazo donde la movilidad social sea el cimiento de un Yucatán más próspero y competitivo.

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