Ejidatarios acusan a Crío de destruir vestigios mayas en Kinchil
Denunciaron que la empresa avícola devasta la zona arqueológica de Tzemé y provoca daño ambiental en la selva.
Por David Rico
Mérida, Yucatán, a 29 de octubre de 2025.- Ejidatarios del municipio de Kinchil, Yucatán, denunciaron que la empresa avícola Crío está destruyendo parte de la zona arqueológica de Tzemé, además de provocar un severo daño ambiental y devastación de la selva en esa región del poniente del estado.
En una conferencia de prensa, Federico May, integrante del Consejo Comunitario de Kinchil, acusó que la empresa está cometiendo un “etnocidio” al afectar los vestigios de un sitio de gran valor histórico y cultural para la comunidad.

Según explicó, Tzemé fue una importante ciudad prehispánica, que en su momento llegó a tener más de diez mil habitantes, cifra superior a la población actual de Kinchil, que ronda los ocho mil.
“Tzemé fue tan grande que mantenía comercio a través de la Ría Celestún con Campeche y Tabasco, e incluso tuvo guerras con Dzibilchaltún”, recordó.
El representante comunitario afirmó que, a apenas 300 o 400 metros de la pirámide principal, la empresa Crío construye nuevas naves para la producción de huevo, lo que pone en riesgo estructuras y basamentos aún no explorados.

“Son más naves para la producción de huevo, dos naves con seis casetas cada una, y ya se ve la devastación. Y es de entender que al estar cerca de la pirámide están destruyendo basamentos, estructuras, pirámides, plataformas”, denunció.
May aseguró que han recorrido la zona y confirmado la presencia de pirámides, plataformas, piedras labradas, cerámica y abundante material arqueológico.
“En su momento los arqueólogos nos pidieron no difundir la ubicación para evitar saqueos, pero ahora es al revés: queremos que se difunda lo que está pasando con estas maravillosas zonas de Tzemé y que hoy están siendo destruidas por estas mega granjas”, señaló.
De acuerdo con el ejidatario, en etapas previas de construcción, la empresa ya habría destruido vestigios arqueológicos, pero en aquel momento la comunidad no se enteró.
“Ahora, al estar tan cerca de la pirámide principal, es claramente un etnocidio, aparte del ecocidio por instalar la granja”, subrayó.
El denunciante advirtió que el proyecto se ubica en una zona inundable, donde el manto freático está a solo dos metros de profundidad, y que además forma parte de una selva baja caducifolia, hábitat natural de jaguares, venados, pavos de monte y otras especies en peligro de extinción.
“La pregunta es cómo puede ser que se construya una granja en esa zona”, cuestionó.
Finalmente, informó que ya se presentó una queja ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). El organismo, dijo, respondió que ya se realizó una visita y que los trabajos fueron cancelados, aunque no se ha emitido ningún oficio o documento oficial que confirme la suspensión.
