Emerge Vida

Han recuperado 90 por ciento de manglar en San Crisanto

En San Crisanto, hace 27 años que comenzaron a realizar acciones de recuperación del mangle, desde el año de 1995, “nos enfocamos a recuperar el espacio natural que conocíamos desde la época de la niñez y que por las actividades antropogénicas fue cambiando y, además, los impactos de los huracanes los hicieron reaccionar”, recordó José Inés Loría Palma, presidente de la Fundación San Crisanto y director de operación del Ejido San Crisanto.

El ejido, que cuenta con 850 hectáreas de manglar, detalló, de las cuales, en el 2002, debido al huracán “Gilberto”, perdieron al menos 99 por ciento, pues solo uno por ciento pudo mantenerse en pie; pero, al día de hoy, ya han recuperado 90 por ciento, gracias a que mantuvieron los flujos hidrológicos “no sembramos una sola planta, mantuvimos el agua y hoy tenemos los manglares”.

Para comenzar con su labor, lo primero que hicieron, fue dividir una carretera para restablecer los flujos de agua naturales para la supervivencia del manglar, asimismo iniciaron la restauración hidrológica del manglar, en ese momento, sin saber que se convertiría en un proyecto que abriría la oportunidad a otro sector económico: el turismo de paisaje o turismo de naturaleza.

Con el trabajo de 40 personas en este tema, han hecho posible esta restauración de una de las zonas naturales con más servicios ecológicos, lo cual ha sido posible gracias a la extracción de sedimentos “a pico y pala”, acción con la que realizaron 11 kilómetros en tres años; “sin ninguna técnica más que querer recuperar algo que, en algún momento, fue la mejor forma de divertirnos en San Crisanto“; ahora han ganado premios nacionales e internacionales y participado en foros y congresos por su labor.

“En la medida que los trabajos se fueron reconociendo nacional e internacionalmente, ha hecho que la comunidad sea visitada e implementamos los servicios de turismo en el manglar”, en el primer año que llevaron esto a cabo, recibieron 75 visitas y, hasta antes de la pandemia, ya recibían 25 mil visitas anuales; este año, ya esperan recuperarlas, alcanzando por lo menos entre 15 y 17 mil al cierre del año. Entre los servicios que ofrecen destacó que pueden acampar, pasar el día con baños y palapas, hospedarse en habitaciones tipo casas mayas.

“Conservar la naturaleza debe conllevar que las comunidades tengamos una mejor calidad de vida porque la misma naturaleza provee el alimento […] Si recuperamos los flujos hidrológicos tenemos especies: tenemos aves, tenemos peces, reptiles grandes, cocodrilos, eso atrae a la gente y nos genera actividad económica”.

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