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¿Sabías que la miel tiene microbios?

Es posible pensar que la miel carece de microbios, sin embargo, cada vez más los científicos confirman su presencia apoyados en modernos microscopios y técnicas de biología molecular, y se investiga para conocer sus posibles aplicaciones.

Por Líneas Emergentes

Mérida, Yucatán, 02 marzo de 2024.- Si bien a miel es uno de los alimentos más antiguos del hombre y puede permanecer sin descomponerse muchos años, es posible pensar que la miel carece de microbios, sin embargo, cada vez más los científicos confirman su presencia apoyados en modernos microscopios y técnicas de biología molecular.

El artículo científico “Microbios en la miel ¿Qué sabemos y qué aplicaciones pueden tener? Una oportunidad en Melipona beecheii” de los investigadores del CIATEJ, César Canché-Collí y Ana Ramos Díaz, señala que el conocimiento que se ha alcanzado revela que los microbios provienen de los néctares colectados, del tracto digestivo de las abejas que actúa como un reservorio natural, así como de otras fuentes del ambiente circundante.

Los microbios identificados y que son capaces de proliferar en la miel principalmente son bacterias y levaduras. Por un lado, los microbios obtienen un hábitat y nutrientes de la miel y el polen, y al mismo tiempo, proveen a las abejas de nutrientes como esteroles y vitaminas.

Además, ayudan a digerir alimentos y actúan contra microbios que enferman a las abejas. Mencionan que la miel también contiene microbios patógenos para las abejas.

Por todas estas razones, alrededor del mundo se realizan investigaciones enfocadas en descubrir aquellos microbios que se asocian a diferentes abejas.

La miel de la abeja Melipona no es la excepción, en ella se han descubierto microbios como bacterias ácidolácticas, otras bacterias como Pediococcus sp., Bacillus subutilis, Bacillus pumilus, Bacillus licheniformes y levaduras como Starmerella apicola, Starmerella meliponinorum y Wickerhamiella versatilis.

En la abeja Apis mellifera, apuntan, el trabajo es extenso y se explica porque es la abeja con mayor impacto en la producción mundial de miel y la polinización.

En su miel, algunos microbios detectados son bacterias ácido-lácticas (Lactobacillus, Bifi dobacterium) como Lactobacillus kunkeii y Fructobacillus fructosus, otras bacterias como Bombella sp. y levaduras como Candida apicola, Candida magnoliae, Saccharomyces mellis y Zygosaccharomycesmellis.

En general, se han encontrado diferencias en la composición y estructura de las comunidades de bacterias y hongos entre estas dos mieles, pero se requiere de mayor investigación para reconocer las comunidades microbianas, sus diferencias y verificar si representan una huella microbiana distintiva en la miel de las abejas.

Los microbios que naturalmente ocurren en la miel de las abejas pueden tener aplicaciones novedosas. Por ejemplo, si un grupo particular de microbios conforman un tipo de huella microbiana en la miel y si esta característica es consistente en otras mieles, entonces podría considerase como un criterio de diferenciación microbiológica para las mieles y también para su revalorización.

Asimismo, se han encontrado microbios específicos aislados de mieles con potenciales aplicaciones biotecnológicas que pueden conferir un valor adicional a la miel. Por ejemplo, se pueden encontrar nuevos candidatos a probióticos.

En la miel de la abeja sin aguijón Heterotrigona itama y la miel de A. mellifera se han descubierto bacterias del género Bacillus con notables propiedades probióticas.

Si las mieles de M. beecheii albergan de forma natural microbios con capacidad probiótica significarían un componente adicional para promover su valor.

En la miel de A. mellifera se han encontrado bacterias de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium capaces de inhibir el crecimiento de bacterias patógenas para el humano como Staphylococcus aureus, Escherichia coli y Enterococcus faecalis. Estas bacterias representan una fuente natural de compuestos con propiedades antibacterianas.

Otras bacterias como Lactobacillus apinorum y Lactobacillus mellifer, aisladas de mieles de A. mellifera, tienen una potencial aplicación en el tratamiento de heridas humanas. Estas bacterias son capaces de limitar el crecimiento de patógenos como Candida albicans y Pseudomonas aeruginosa que con frecuencia se asocian a estas heridas.

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