Género y Derechos Humanos

Lactancia materna: un acto revolucionario y antipatriarcal

Por Cecilia Abreu

Andrea Tamayo es mamá y activista, desde que su primer bebé estaba dentro de su pancita, comenzó a investigar sobre la lactancia materna contemplando diversos factores, desde el alimento y la salud, hasta el económico y el emocional, así, encontró que como parte de su lucha contra el capitalismo la fórmula láctea no era el camino ni para ella ni para su bebé.

“Como madre, siempre consideré que dar pecho es revolucionario, creas una unión muy fuerte con el bebé desde que nace y tienes el derecho de que puedas pedir a tu bebé para que lo puedas amamantar estando en el quirofano”.

Elegir amamantar, “es un acto antipatriarcal también”, detalla que en los años setentas llegó el auge por la fórmula láctea y, mientras investigaba, descubrió que esto fue una imposición socioeconómica que consistía en demostrar quién tenía la capacidad económica para adquirirla, minimizando a las mujeres que daban pecho.

Aunque reconoce que establecer una lactancia exitosa no es tarea sencilla, encuentra que las consultoras de lactancia son un apoyo para llevarla a cabo; en su caso, a los 10 días del nacimiento de su bebé decidió acudir con una porque “la lactancia no debe de doler” y fue la consultora quien identificó que su pequeño tenía frenillo corto bajo la lengua, le aconsejó realizarle una frenulectomía, un cortecito para liberar la lengua.

Luego de esto, la lactancia fue más fácil para Andrea, pues antes le ocasionaba dolor y grietas, “tras esta cirugía de mi bebé todo fue progresando […] para mí, la lactancia hasta el día de hoy ha significado una manera de vincularme con mi hijo, de establecer un apego seguro y respetuoso“.

Hoy, con dos años y ocho meses, su hijo continúa recibiendo el pecho de su madre, quien expresa que quiere “respetar los tiempos de maduración cognitiva y emocional de mi hijo”, pues luego de destetar en una ocasión, su hijo enfermó y “cuando se enferman recurren nuevamente al pecho”.

La leche materna no solo alimenta en los primeros seis meses como dice la falsa creencia, visibiliza, sino que mientras crecen lxs bebés la composición cambia para adaptarse a sus necesidades.

En su caso, durante los primeros seis meses optó por lactancia materna exclusiva y cuando inició alimentación complementaria en casa, eligió evitar productos comerciales para su hijo, sino preparar la comida en su hogar, ya que “esos productos contienen azúcares y sales que no son buenos para los bebés” y no siempre cumplen con el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna.

En las próximas semanas, llegará a casa su hija y Andrea decidió llevar una lactancia en tándem, “es cuando se alimenta prioritariamente al bebé más pequeño, pero no se le niega la lactancia al mayor” y repetirá el proceso para brindarle la alimentación exclusivamente materna durante los primeros seis meses.

A las mamás que están viviendo este proceso, les aconseja vivir un día a la vez, independientemente del tiempo que lleven esta lactancia “le estás dando nutrientes esenciales y muchos anticuerpos, digamos que la leche materna es la primera vacuna que el bebé recibe”.

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