Género y Derechos Humanos

Primera escuela de profesoras ahora es visible

Por Cecilia Abreu

Esta mañana del 12 de agosto, en la Casa de la Cultura del Mayab, ubicada en la calle 63 entre 64 y 66, colocaron la cuarta placa por la agrupación Ya No Somos Invisibles para visibilizar, reconocer y valorar a las mujeres en la historia; en esta ocasión, recordaron que allí estuvo el Instituto Literatio de Niñas desde 1877, con Rita Cetina Gutiérrez como directora.

“Estamos honrando la primera normal para profesoras en Mérida. Una escuela elemental dirigida y conformada por las primeras profesoras graduadas en el estado, así como por sus alumnas, las primeras generaciones de maestras yucatecas. El Instituto Literario de Niñas abrió las puertas para lo que a futuro sería el acceso a la Educación Superior de las mujeres”.

Liliana Hernández Santibáñez y Silvia Káter, leyeron el pronunciamiento en nombre de la agrupación, recordando la historia de este lugar, en donde fundaron el Instituto Literario de Niñas en medio de la pugna por el control de la educación de las mujeres; a pesar de lo cual, el 16 de septiembre de 1877, cuando nombraron a Rita Cetina como directora, fundaron el sitio que, desde marzo de 1868 ya había sido decretado por el gobernador Manuel Cepeda Peraza.

“Y no quisimos que pasara otro año más. Así que hoy honramos la memoria de este espacio. Nombramos a lo que fuera el cuerpo docente que estuvo inicialmente conformado por algunas de las colegas y alumnas de La Siempreviva: Rita Cetina Gutiérez, Gertrudis Tenorio Zavala, Josefina Tenorio, Gertrudis Romero, Genoveva Solís y, al año siguiente, se incorporaron Dominga Canto y Coralia Meléndez”.

“Pensar que hace 145 años este espacio en el que ahora estamos tuvo a muchas mujeres andando por los pasillos, hablando sobre qué significa dar clases a otras mujeres, imaginar las discusiones en el espacio directivo donde Rita Cetina Gutiérrez seguramente tuvo que respirar hondo varias veces para que las cosas sucedieran, las risas de esas mujeres, las frustraciones, los anhelos… no sé, pero eso para nosotras, es de un imaginario fascinante“.

En aquel entonces, como ocurre hasta ahora, las profesoras enfrentaron inconvenientes como la falta de recursos para materiales escolares que correspondían al Estado… También vivieron la falta de presupuesto para el instituto, el programa de estudios fue modificado para suprimir las clases de pegagogía y ciencias naturales que había implementado Enriqueta Dorschester en un periodo de tiempo en el que Rita Cetina dejó la dirección, pero que quiso continuar a su regreso.

“Mencionar esto es de suma importancia, ya que las ciencias naturales ofrecían la oportunidad de acercar a las estudiantes a los conocimientos sobre la anatomía de las mujeres, cuestión que era un tabú en esa época, y que se extendió hasta las discrepancias durante el Primer Congreso Feminista sobre la ponencia de Hermila Galindo, y que permanece hasta nuestros días en el tema de la legalización del aborto”.

Esta es la cuarta placa, la primera en el Teatro Peón Contreras fue puesta el pasado 8 de marzo en conmemoración del Primer Congreso Feminista de México de 1916; la segunda, el pasado 7 de mayo en conmemoración a La Siempreviva; la tercera, en los Altos del Ateneo donde estuvieran las oficinas de la Liga Feminista Rita Cetina Gutiérrez.

“Nos encontramos aquí, para continuar revalorizando la memoria histórica de las mujeres, dimensionándolo también como un derecho humano y comprometiéndonos a que, como persistentes buscadoras, seguiremos rastreando la genealogía de todas aquellas mujeres valientes y brillantes, cuyas historias merecen estar presentes en nuestra memoria y en el espacio público“.

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